"No sale joven", diría nuestra caserita.
26 puntos es una tunda dolorosa. Toca aprender, y tomarse un tiempo sano y prudencial como período de duelo.
En 2005 el embajador de USA hizo una intervención pública, un solo mensaje. Abran sus ojos, dijo. Dio a entender, en tono que llegó como amenaza, que si la población boliviana votaba por Evo, nos iba a ir mal, con Estados Unidos. Eso provocó que mucha gente votara por Evo.
Entre 2019 y 2020, esto se ha re-editado. Con una salvedad. No fue un mensaje. Sino decenas de mensajes diarios. Denigrando e insultando y ordenando persecuciones no sólo hacia Evo, sino hacia personas que difícilmente podrían ser consideradas peligrosas o políticas (detuvieron por sedición a la niñera de los hijos de algún ministro por ejemplo).
En suma, una parte valiosa significativa de lo que era justo y correcto de los reclamos del 21F, fueron mutando y convirtiéndose en una especie de fábrica de memes racistas, autoritarios, en insultos denigrantes, expulsiones de "masistas" (sea por pinta, por pensamiento, o por "intuición" de algún iluminado con dotes detectivescas para identificar a "infiltrados"). Provocaron miedos y daños reales a mucha gente que miraba de palco todo esto -esto sin entrar en pandemias, corrupción del gobierno de transición, abusos de poder, y un largo listado de etc. que paradójicamente asemeja las experiencias de los últimos 11 meses a todo aquello que detestábamos de la soberbia de los Evistas.
Yo sé que cuesta ver el efecto boomerang, pero les aseguro que ahí está.
Esta es la fábrica de auto-goles, de auto-sabotajes. Ser principistas. Desde los más ultra izquierda pasando por todo el abanico de colores hasta llegar a los más ultra-derecha. Todos declaran estar dispuestos a ir hasta las últimas consecuencias, que no negociarán sus principios. Morir antes de esclavos vivir, y cantan el himno nacional. El problema es querer salirnos con la nuestra a toda costa. Ganar como sea. Aunque nos vean haciendo trampa. Malcriadez infantil en adultos con huevos y ovarios bien puestos. Con muchos niños observando, y aprendiendo de los adultos a hacer y ser chueco.
Tal vez podemos, digo tal vez, podemos aprender a conversar entre personas. Aunque no pensemos igual, algún terreno en común encontraremos. Ya saben, pandemias de mosquitos o virus recién llegados. Lo que das, tarde o temprano, lo recibes. Tal vez es momento de buscar nuevas buenas ideas con las cuales ganarle a las malas ideas viejas.
Por dónde comenzar.
He ahí, el desafío boliviano y cruceño en especial, a fines de 2020.
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