Sunday, November 17, 2019

DÉJÀ VU. OTRA VEZ OCTUBRE.

Melgarejo, el rey.
En 195 años de República, vamos 192 interrupciones al orden constitucional, de las cuales 14 fueron golpes de Estado a bala, sin sugerencias militares ni renuncias calculadas.


La Pitita, reaparece cada vez.


La matrix Boliviana, caudillista y autoritaria hasta el tuétano, y de posiciones intransigentes, es altamente predecible


Complejo de Melgarejo, le digo por ahora.


Estamos repitiendo la misma trama básica. 

Todos los caudillos, independientemente de su talla, peso y color político, sostienen "hasta las últimas consecuencias" algo que por aclamación precocida "el pueblo" les pide. Patriotas todos, cantamos el himno nacional en algún momento. 

Es obligatorio  descalificar al otro lado, cerrar oídos a lo valioso, digno y sensible del otro. Caricaturizar y menospreciar sus peticiones, reclamos y propuestas, es imprescindible. Le siguen insultos y acusaciones que se vociferan sin esperar ni dar derecho a réplica, o pruebas concretas. Imperio, 500 años, racista, ultra-derecha, narco, castro-chavista, eje islámico-ruso-chino-etc, comunista, dictador, tirano, odiador, blanco, indio, camba colla, etc. 

Lo importante es negar al otro.

 El caudillo, el elegido de turno, pasa por momentos de timba de leyenda. Sus feligreses, se sienten invencibles. Son superhéroes. Mientras asciende, nos susurra, "sólo la puntita" y penetra corazones. Es bueno ser rey. Coronado, sonríe.  Demostrando hombría y firmeza,  se declara portador de un mensaje sagrado para y por el pueblo. Se multiplican los sicofantes. Y quienes no actúen a su imagen y semejanza,  traidores o enemigos son. Tras algunos años o días eternos, rehaciendo todo para que nada realmente cambie, caen víctimas del propio peso de sus egos inflados. Ya en fuga, tropiezan con alguna bala, cuchillo, pitita, helicóptero, o jet.


El resultado siempre es el mismo. Instituciones públicas débiles, con baja rendición de cuentas, ineficientes y cleptocráticas. Pasarelas para exhibir fortunas súbitas y desvergonzadas. Los loteadores de la prosperidad colectiva,  viralizan abusos de poder e intentan mostrarles como símbolos de virtud. 


El pueblo emputado y beligerante, ya sea por ignorancias o soberbias, repite este mismo cuento una y otra vez.


Cómo salir de esta trampa de Sísifo? Están todos nuestros líderes condenados a caer bajo el encanto de la matrix boliviana? Nos aplazamos los ciudadanos y vamos al desquite otra vez en esta escuela de hacer un país mejor?


No sé. Sigamos conversando.


Daroel, 17.Nov.2019