Pasó sin darme cuenta. Estaba apretándome los puntos negros de la nariz, muy atento al espejo del baño, y lo escuché. Era una diminuta vocesita que me decía algo. Sólo pude retener una palabra Estoy..., o mejor dicho Estoy!. El resto de la frase no la escuché.
Debe ser algún niño en alguna casa vecina. Ahora pasé a lavarme los dientes. Y luego hilo dental. A veces lo hago al revés, pero me gusta más sentir la textura del hilo con cera justo luego de cepillarme los dientes.
Estoy aquí, vivo! Mientras escuchaba esto, veía mi imagen reflejada en el espejo. Esta vez sonó más fuerte la vocecita, y me molestó el oído. Lo sentí como el aleteo de un mosquito. Apenas terminé de escuchar la voz en mi oreja, vi al mosquito en mi oreja. Mosquito, voz. Voz, mosquito. Será? Seguí con el hilo dental.
Debe ser algún niño en alguna casa vecina. Ahora pasé a lavarme los dientes. Y luego hilo dental. A veces lo hago al revés, pero me gusta más sentir la textura del hilo con cera justo luego de cepillarme los dientes.
Estoy aquí, vivo! Mientras escuchaba esto, veía mi imagen reflejada en el espejo. Esta vez sonó más fuerte la vocecita, y me molestó el oído. Lo sentí como el aleteo de un mosquito. Apenas terminé de escuchar la voz en mi oreja, vi al mosquito en mi oreja. Mosquito, voz. Voz, mosquito. Será? Seguí con el hilo dental.
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